¿Cómo Puedo Saber Si Soy Perdonado?

Por Phillip Gray, La Verdad Para el Mundo


 

Estimado oyente, ¿cómo podemos saber si somos perdonados? En este estudio, nos indagamos con frecuencia en el tema de la salvación del pecado. Algunos pensadores podrían criticar este decisión. Alegarían que debemos de proseguir los intereses más prácticos, como de los temas del hambre mundial y de la pobreza en el tercer mundo. Estoy de acuerdo que tales temas son importantes. No obstante, si lo que enseña la biblia sobre el pecado y el castigo eterno es verídico—si existe el infierno más allá de la tumba—no hay nada más apremiante tampoco más importante que el tema del pecado y la salvación. Creo que la bíblia tiene razón y que existe el infierno. No quiero creer en el castigo eterno, pero lo creo porque así nos dice la bíblia, la palabra de Dios. Por lo tanto, consideremos la pregunta, ¿cómo puedo saber si ya soy perdonado de mis pecados y listo para el juicio?

Basta decir en el principio que existen por lo menos tres tipos de respuestas a nuestra pregunta, ¿cómo puedo saber si soy perdonado? Algunos nos dicen que nunca podemos saber la respuesta mientras estamos en esta vida. Hay que esperar por el juicio para averiguar, dicen. Otros dicen que podemos saber que somos salvos ahora mismo, y esto sabemos por alguna comunicación directa con Dios, es decir, algún sentimiento en nuestros corazones plantado directamente por el Espíritu Santo. Pero, el tercer tipo de respuesta a la pregunta, ¿cómo podemos saber si somos perdonados?, sostiene que sí podemos contestar ahora en esta vida, pero que esto es sabido por la fe en la enseñanza bíblica. Por ende, dice que si hemos cumplido las condiciones para el perdón mandadas en la bíblia, entonces podemos confiar que Dios ya nos ha perdonado y que estamos listos para el juicio.

Antes de nuesto himno, es menester señalar que hay una distinción entre el perdón y la conversión. La conversión es algo que ocurre en el corazón y en la vida del pecador. Pero, el perdón es algo que ocurre en la mente de Dios. Por ejemplo, un criminal acusado y encarcelado por algún delito puede convertirse en una persona buena, pero eso en sí no quiere decir que es perdonado por el juez. Después del himno, estudiaremos ¿cómo podemos saber si somos perdonados?

¿Cómo puedo conocer si soy perdonado de mis pecados? En primer lugar, tenemos que notar ¿cómo podemos saber que somos culpables del pecado? ¿Qué es la evidencia que hemos ofendido a nuestro Creador y Soberano Juez del cosmos? Algunos piensan que nuestra culpa es sabida por los sentimientos, o quizás es el resultado de los analisis psicológicos. Estos conceptos descansan en la sabiduría humana. En cambio, hay que reconocer que solamente la bíblia es la guía segura que demuestra la realidad de nuestra culpa y cuál será su consecuencia. «Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra» (2 Timoteo 3:16,17). Entonces, solamente la bíblia es confiable cuando nos revela algo de nuestra culpa ante Dios y sus consecuencias. (Para inscribirse en nuestro curso bíblico por correspondencia, escriba a: La Verdad Para el Mundo, Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180 EE.UU.; repito, Apartado 515, Villa Rica, Georgia, 30180.)

De acuerdo con la bíblia, todos hemos pecado. Eclesiastés 7:20 declara, «Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.» Romanos 3:10-12 añade: «Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.» Y Romanos 3:23 concluye, «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.» Estos textos reflejan el mismo concepto de Isaías 53:6, que dice: «todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.» No queda ninguna duda—hemos pecado y merecemos el castigo.

Puesto que conocemos con certidumbre la realidad de nuestra culpa mediante las enseñanzas bíblicas, es lógico concluir que sólo la bíblia provee las condiciones para recibir el perdón de nuestros pecados. Y eso es cierto. Ya nos fijamos en Isaías 53:6 que dice que «todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.» Es una profecía de Jesucristo, el hijo de Dios. Sólo por la muerte de Cristo, quien en la cruz recibió el castigo por el pecado que nosotros mismos hemos merecido, tenemos la esperanza del perdón. No hay otro camino (Juan 14:6). No podemos resolver el problema de la culpa a través de los consejos humanos, tales como de los psicólogos, o de los psicatristas o los sociólogos. Ellos pueden describir el fenómeno de los sentimientos de la culpa, pero no entienden la razón por la cual expermintamos la realidad de la culpa. Solo Cristo puede revelar las condiciones para recibir el perdón, porque nuestros pecados son una ofensa contra él.

Cristo nos instruye que es necesario oir el evangelio como el primer paso. Romanos 10:17 dice: «Así que la fe es por el oir, y el oir, por la palabra de Dios.» Pedro dijo en Hechos 15:7, «Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.» Entonces, estoy predicando el evangelio para que Ud. lo oiga.

El segundo paso, tras oir, es creer el evangelio de Cristo. Cristo dijo en Juan 8:24, «Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.» Dijo en Marcos 16:16, «el que creyere y fuere bautizado será salvo; mas el que no creyere será condenado.» Si uno no cree en Cristo y en sus palabras, el evangelio, no puede ser perdonado del pecado.

Pero, la fe solamente no es suficiente para el perdón (Santiago 2:24). Al creer en Cristo, uno tiene que arrepentirse de sus pecados. El arrepentimiento bíblico es la decisión de dejar los pecados y de seguir la voluntad de Dios, motivado por el remordimiento por los pecados con la tristeza según Dios, que conduce a una vida reformada. Cristo advierte en Lucas 13:3, «Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.» El apóstol Pablo declaró en Hechos 17:30, «Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.» Eso es imprescindible para la salvación. Hay que decidir ahora mismo de cambiar su vida y vivir por Cristo en vez de vivir por sí mismo.

Después de oir, y de creer en Cristo, y de arrepentirse de sus pecados, uno tiene que confesar a Cristo. Romanos 10:10 explica, «Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.» Hay que confesar a Cristo (Mateo 10:31,32).

En los tiempos apostólicos, antes de la corrupción de la iglesia por la apostasía, siempre al confesar el nombre de Cristo uno fue bautizado en agua para perdón de sus pecados. En Hechos 2:38, Pedro les dijo a los judíos culpables de haber derramado la sangre de Cristo, «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.» Pablo explica en Gálatas 3:27, «porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.» Uno es bautizado en Cristo. En Cristo es el lugar espiritual donde se encuentran toda bendición espiritual (Efesios 1:3). Por lo tanto, uno tiene que ser bautizado para entrar en Cristo y recibir el perdón de sus pecados. Al menos que yo lo haya hecho por las razones bíblicas, no tengo el apoyo bíblico que todavía yo haya sido perdonado, no importa cómo siento al respecto de mis pecados. El perdón ocurre en la mente de Dios cuando cumplo las condiciones enseñadas en la bíblia. Gracias, y hasta la próxima.


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